Días estos oscuros

Nubes y más Nubes, que tapan al sol, afean al día, y escupen su pesada carga sobre la ropa tendida. Oscuras nubes que cruzan sin camino, ahí donde les lleve ese viento caótico, hasta que mueran allá en el infinito horizonte. Nubes, que vieron el mar, o las altas montañas, crecieron recorriendo la dehesa entre encinares, y mueren, vacías de recuerdos.

Nubes. Siempre están en los días de lluvias, nunca en los soleados, os odian, no, os repudian del cielo aquellos que lloran luego por tus lágrimas agarrando su tierra, su piscina, o su césped al lado del hoyo diecisiete. Hipócritas, como todos.

Nubes. Ballenas pesadas del cielo, grandes micelas de aceite en la sopa, polvo y agua de otro lugar, del cielo, sueños de locos que te quieren atrapar entre sus redes...

Ilusión sin la hedonista primavera y su olor a polen, destrozas la reproducción de las plantas como ellas te arrebatan a ti el agua. Y desilusión, por tu muerte, sobre mi cabeza, en mi ropa, cuando más ligero andaba, me calaste, y pensé en ti, no en mis prisas.

Adiós Nube.

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