25 noviembre 2008

¿De dónde nace la poesía?

25 noviembre 2008


...

De dónde va a ser, de los árboles bien regados.
...

18 noviembre 2008

Donde tanta falta hace

18 noviembre 2008
Hoy no tengo nada que decir.


Excepto, que vuelvo a mi país, a mi pisito de soltero, ya que me han concedido una beca, osea que soy becario, por la universidad. Poco sueldo, y muchas horas. Pero tengo ganas de volver, creo que aquí ya no hago falta.

17 noviembre 2008

Observaciones

17 noviembre 2008
1-¿Por qué el pan de molde es cuadrado, si el chope, salami, mortadela...son redondos?
¿Quién tiene la culpa de esto, los tranchetes?

2-Por qué, cuando te duele una herida, siempre llega alguien que te dice:
¿Te duele? Eso es que se está curando...Que me imagino a Jesucristo con los clavos, y la Virgen : ¿Te duele? Fenomenal, en tres días vas a estar como nuevo....

3-¿Por qué en las películas de miedo siempre aparece una puerta cerrada de la que sale mucha luz por las rendijas? ¿Qué hacen los espíritus ahí detrás, fotocopias?

4-Por qué cuando yo compré el piso, a mí no me dieron la canica que tienen los demás vecinos (pero todos) y que se les cae o la echan a rodar a partir de las doce de la noche?

5-Por qué cuando llegamos a lo alto de una montaña nos ponemos las manos en la cadera?

6-Por qué abrimos la boca cada vez que miramos al techo?

7-Por qué nos da por ir a la nevera cada cuarto de hora si siempre hay lo mismo?

8-¿Por qué si nunca usamos las páginas amarillas,cuando las ves en el portal te pones contentísimo y, de hecho, piensas en cogerlas todas?

9-¿Por qué cuando nos sonamos los mocos abrimos el pañuelo y miramos lo que hemos echado?
¿Qué esperamos encontrar? ¿Berberechos?

10-¿Por qué cuando nos cuelgan el teléfono nos quedamos mirándolo como si el teléfono tuviera la culpa?

11-¿Por qué cuando nos llaman al móvil sentimos la necesidad irrefrenable de ponernos a andar de un lado a otro?

12-¿Por qué cuando estamos en un lugar alto nos obsesionamos con ver nuestra casa?
'Mira, mira ahí, al lado del edificio rojo...'.

13-¿Por qué cuando echamos una carta al buzón no podemos evitar mirar por la ranura e investigar qué hay dentro? ¿Qué esperamos encontrar?¿Un cartero enano?
14-¿Y por qué abrimos los ojos cuando estamos a oscuras?¿Qué creemos?
¿Que tenemos superpoderes?.

15-¿Por qué nos da tanta vergüenza quedarnos en calcetines cuando vamos a una zapatería?
¿Por qué en cuanto nos traen el calzado que hemos pedido nos lo ponemos a toda leche?

16-¿Por qué hay tanta gente que cuando como un helado de cucurucho, a la mitad, muerden el piquito de abajo? Si saben que por ahí les va a chorrear!!!

17-¿Por qué nos hace tanta gracia que se nos quede la marca del reloj cuando nos ponemos morenos y se lo decimos al de al lado? Mira, se me ha quedado la marca, parece que llevo reloj, pero no'

18-¿Porqué cuando un aparato eléctrico no funciona no se nos ocurre otra cosa que apretar con más fuerza el botón de encendido?

19-¿Por qué cuando alguien se va a poner gotitas en los ojos abrela boca de esa manera tan extraña?
¡Es colirio, no tequila!!!!!!

20-¿Por qué cuando cogemos una caja de medicamentos, por muchas vueltas que le demos, siempre la abrimos por el lado que no es y aparece el prospecto, ahí, doblado?

21-Por qué cuando vas de viaje te sientes culpable si no visitas los museos?

22-Por qué cuando nos enfadamos nos cruzamos de brazos?¿Qué ganamos con ello?

23-¿Y por qué elegimos siempre las bodas para dar a conocer a nuestros padres que fumamos?

24-¿Y por qué cuando tenemos miedo nos metemos debajo de las sábanas? ¿Creemos que así un cuchillo no atraviesa la sábana?

25-¿Por qué has mirado al techo al leer la sexta pregunta? ESTA BIEN EHHHHH????

Extracto del libro de Pablo Motos

15 noviembre 2008

15 noviembre 2008
Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos.

Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como “long-term capital management”, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.

Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no.

De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.

Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.

Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que “mientras el beneficio era privado”, “los errores son colectivos”, “y las pérdidas hay que socializarlas”, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.


Arturo Pérez-Reverte.
A 15 de Noviembre de 1998,
publicado en "El Semanal"

12 noviembre 2008

Así es mi vida

12 noviembre 2008
La vida comienza a tener sentido cuando uno empieza aceptarla. Y hace mucho tiempo acepté que te amaba, sin reparos ni dudas, mi talón frágil que me hace temblar, temer y llorar, mi vida. Hace tanto tiempo ya, ¡era un crío!, era un niño que soñaba con estar a tu lado, soñaba con que me hicieras caso, soñaba con que me amaras un simple rato.

El amor es un no sé qué, que viene de no sé dónde y termina no sé cómo. Seré todo un maestro para buscar la palabra bonita, pero creo que nunca te llega, nunca te llena, y así yo he llenado ya muchos simples ratos contigo. Pero el amor no es contar los años, sino mas bien, que los años cuenten, y es aquí donde no comprendo nada de nosotros dos, porque por más que los días pasen volando, por más veces que me digas que me quieres me das razones para temerte. Te apartas, y te alejas, me das la espalda, y no sabes cómo me duele tu vacío.

Confieso que he vivido. Quiero seguir viviendo. Porque vivir puede que no sea amar, pero amar es vivir. Y yo he vivido solo contigo; nazco cuando me besas como tú sabes besar, muero cuando te apartas a tus sombras, y vivo los pocos días en los que me amas de verdad. Y esa persona a la que amas te dará la vida.

Y esto, cuando mi cuerpo solo se resume a tu cuerpo, mi alma a tu alma. Cuando cierro los ojos, te veo, cuando los abro te miro; con las dos manos cerradas te toco, con ellas abiertas te acaricio. Te escucho, y ni respiro, suspiro. Respiro, y te inhalo. Con todo lo que soy, con todo lo que tengo, te amo.

Cuanto te eche de menos, cuantas veces soñé contigo, tus pechos, y tus sonrisas. Cuantas veces lloré recordando solo aquel abrazo. Cuanto te echo de menos, cuantas veces ando por la calle pensando en ti. Cuantas veces soy feliz pensando en el próximo beso.

Muchos simples ratos hemos pasado juntos, no siempre fui feliz, no siempre soy feliz. Pero no sabes cómo echo de menos esos besos, cómo echo de menos esos abrazos, cuando no estás a mi lado. Cuando más necesito tu amor, es cuando no estás.

Solo espero verte, y darte un beso, porque esa es la distancia más corta entre los dos, y la más grande, cuando no volvemos otra vez para besarnos.

Tu cuerpo desnudo

No llores
porque tus manos
pierdan la cordura,
el mal de amores
nos viste de ansiedades
enrojece los labios
los humedece,
erecta nuestros deseos
y despierta
esa locura
por la que tú gimes
en estos momentos.


01 noviembre 2008

Un día de esto prometo volver...

01 noviembre 2008
"Un gran milagro ocurrió allá"

¡Vive!

Digo, ¡vivo!. ¡Si!.

Lo que pasa es que no tengo conexión a internet. Y solo puedo dejar cutre entradas pre-programadas. Aquí en el culo de Dios, si es que Dios considera esto parte de sus posaderas porque a veces dudo que la humanidad haya llegado por aquí. Impresiona la primera vez que escucher rugir a una kaliko china (supongo que serán allí donde las hacen ahora), tantas balas al cielo, donde no hace falta...

Pd. Por Jánuka regresaré a casa, de ahí la cita de entrada.


Banda sonora: "Shiver", de Cold Play
 
Charly Says Always © 2008. Design by Pocket