Escribo, para que las ideas no vuelen

"No sé aún por qué escribo,
aunque si por lo que escribo."

Pero por qué escribo.

Me explico, o lo intentaré, no soy escritor ni quiero serlo, aunque tengo la fortuna de escribir en hojas lo que pienso, digo por ejemplo, son absurdos pensamientos en versos, y no sé como ni de que manera, me reconocen esas palabras tan mías. No gano nada, es la verdad, excepto alguna que otra colección de libros, de los cuales suelo tener repetido unos cuantos, y unas palmaditas al hombro. Y no espero nada, años pasan que acumulo libretas tras libretas. No todas porque algunas las regalo, estúpido de mi, a ellas. Estas libretas que en su desgaste no miro, porque las olvido, así de simple.

Es decir, no doy importancia a mis palabras, pero abro este blog y lo adorno con artificios, con el fin, supongamos, como todas las personas que crean estos espacios, de que me lean, me escuchen. Creo, que no me entiendo. O si.

Pero ten por seguro que sé por lo que escribo.

Y esta bitácora como dije en allí en mi primera entrada tiempo ya, desconozco que Dios tras mi mano mueve la pieza que me hace escribir, cuando realmente no digo nada interesante ni soy ningún filósofo de alta esfera, pero sé que hablar solo al Viento es el mejor remedio de esos males tan tontos.

Gracias por estar ahí, Viento.

A partir Kozmica nace

este pensamiento
que hace run-rún
en mi cabeza

...

Ojalá lo tuviese, esa mano o ese Dios, que acompañó tan claro a G. Orwell en cada una de sus palabras.

...