Octubre del 2000, la videoconsola de Sony hace acto de presencia en los comercios de todo el mundo, 10 años después estaría en los salones de más de 125 millones de hogares, pero aún por ese tiempo no se sabía. Llegaba tarde, y con prisas, debido al retraso en la entrega de unos pocos gramos de una mezcla de dos minerales esenciales para hacer funcionar sus condensadores.
Ese pequeño retraso del producto en los principales países productores entonces, hizo buscar a las compañías nuevas canteras para abastecer la necesidad de cada móvil, cada Ipod, o cada misil inteligente a los consumidores. Buscar este preciado diamante para nuestra tecnología nos manchará de sangre a todos, este nuevo diamante del siglo XXI es el Coltán.
El coltán está formado por columbita (Col) y Tantalita (-tán), y es el cuello de botella para la producción de nuestros teléfonos móviles, nuestros reproductores, consolas... Es un claro ejemplo de minerales que han pasado de ser curiosidad mineralógica a cruciales para el avance tecnológico debido a las nuevas aplicaciones. Los mayores productores podemos resumirlos en República del Congo con el 80% y el resto con un pequeño stand de ventas para abastecer nuestra inmensa boca. Qué es el coltán, pues otro diamante más para áfrica.
El coltán en el Congo se extrae de manera rudimentaria, igual como se hacía con el oro en el lejano oeste americano de principio del siglo XX, donde solo se obtiene unos pocos gramos a cambio de una semiexclavitud diaria. Las minas de coltán, igual que las de diamantes, son controlados por milicianos armados con Kalachnikov donde los Señores de la guerra luchan por el control de cada veta que se encuentra jaleados por las multinacionales.
Guerra: Ese no es el único problema de este mineral, junto a cada yacimiento de coltán, aparece también minerales radiactivos como el uranio o el radio, que provocan enfermedades debido a la radiación. Además la búsqueda para encontrar nuevas vetas ha llevado a invadir los parques nacionales del este del Congo, protegidos por la Unesco.
Esto no es un diamante solo para unos privilegiados de ancha cartera. Es la tecnología que demanda el mercado, son dos mil millones de personas que piden un móvil y un GPS para el coche, un mp4 para ver a Bisbal, y son muy pocas las canteras que hay para que una empresa desprecie este mercado hambriento.
Son pocos los gramos lo que necesita nuestro teléfono móvil para funcionar, y es seguro que de esos gramos, hay alguno manchado por una gota de sangre.
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