Esas palabras olvidadas

Desde hace ya tiempo, como un recuerdo borroso, el Coronel Aureliano Buendía no es capaz recordar aquella sensación que le produjo tocar hielo, que le quedó marcado con fuego desde niño, como si de un espejismo delante de un pelotón de fusilamiento apuntando que nunca llegarían a disparar. Macondo, no son casas de cañamo, ni su río sucio pasa entre huevos prehistóricos, sino entre basura olvidada nidos ratas, solo son palabras en trescientas páginas de una ilusión, de un sueño, mal llamado realismo mágico, en un gran libro denostado por cualquier púber.

Ahora el Coronel Aureliano Buendía, recuerda, y llora, sabiendo que nunca gano ninguna guerra, que su padre no fue atado como un perro por la maldita rabia ni que su hermano se disparó en la cabeza derramando los sesos provocando un río que cruzaba todo Macondo hasta la puerta de la casa de Úrsula, su gran madre. Todo, absolutamente todo pertenecía a ese realismo mágico bizarro de un caprichoso autor, y Aureliano, por primera vez lloró por haber soñado en ser persona real, y despertarse siendo tan sólo palabras en unos folios de un libro olvidado.

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Banda sonora: Elefantes, Olvido