A veces es mejor decir adiós, que un vulgar hasta luego.
Creemos que son las personas que nos hacen ser felices, su mano que nos toca, sus besos los que nos llenan. Todo sujeto bajo una falsa apariencia, estabilidad, le llaman. Para qué arriesgarse, si ya está todo dicho, todo hecho. Ya no hay palabras nuevas, y solo pesan los años y aniversarios más que el recuerdo de los momentos o de las verdaderas palabras.
Separaciones. Hay separaciones traumáticas, otras violentas. Toda separación es triste. Nada hace al humano más infeliz que sentirse sólo, nuevamente.
Rompemos por el odio, por el desencuentro, por la mentira. Pero no es siempre así. A veces, continuamente, elegimos abrazar lo que ya no es nuestro ni desde dentro, en el estómago, ni de sus besos, por puro hedonismo humano, este placer egoísta. Oír una palabra vacía es mejor que no tenerla. Nos duele la separación, pero más nos duele estar solos, sin una mano, sin la palabra bonita.
Las personas nos no hacen felices. Tu felicidad no es la mía. Puedo reír y llorar contigo, de alegría, incluso de tristeza. Compartir sentimientos, y hacerlos míos.
A veces es mejor estar separado, de lo que quieres o de lo que amas. Para saberlo de verdad. Para dejarlo marchar.
Creemos que son las personas que nos hacen ser felices, su mano que nos toca, sus besos los que nos llenan. Todo sujeto bajo una falsa apariencia, estabilidad, le llaman. Para qué arriesgarse, si ya está todo dicho, todo hecho. Ya no hay palabras nuevas, y solo pesan los años y aniversarios más que el recuerdo de los momentos o de las verdaderas palabras.
Separaciones. Hay separaciones traumáticas, otras violentas. Toda separación es triste. Nada hace al humano más infeliz que sentirse sólo, nuevamente.
Rompemos por el odio, por el desencuentro, por la mentira. Pero no es siempre así. A veces, continuamente, elegimos abrazar lo que ya no es nuestro ni desde dentro, en el estómago, ni de sus besos, por puro hedonismo humano, este placer egoísta. Oír una palabra vacía es mejor que no tenerla. Nos duele la separación, pero más nos duele estar solos, sin una mano, sin la palabra bonita.
Las personas nos no hacen felices. Tu felicidad no es la mía. Puedo reír y llorar contigo, de alegría, incluso de tristeza. Compartir sentimientos, y hacerlos míos.
A veces es mejor estar separado, de lo que quieres o de lo que amas. Para saberlo de verdad. Para dejarlo marchar.
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