Un sábado cualquiera

Algo se cuece, hoyga.

Eso es lo que pensé yo antes de ayer, durante todo el sábado, como un joputa moscardón en la paella, no se me apartaba de la cabeza. Y eso que estuve en una capea en el campo, con chiquis, y alcohol, mucho alcohol...

Me situo.

Un tema que ahora es la comidilla de todas las tertulias radiofónicas y que da alegrías a partes iguales, al menos desde hace tres meses hasta este momento, es la situación económica del mundo en general, y de nuestros bolsillos en particular. Situados ya al fin me dispongo a contar las aventuras y desventuras del ingenioso (de ingeniero no de otra cosa) hidalgo (por caballero no será) "quien escribe estas líneas" (digamos que yo).

Sobre las 12, finca situada muy lejos de cualquier núcleo urbano. Pésima cobertura, tanto del móvil como de la TDT. Perfecta para morir de un coma etílico o de una corná de toro, porque había tanto lo uno como lo otro en cantidades industriales.

Pues no estoy yo tan tranquilo con mi cerveza en la mano, y no sé como ni importa ahora mucho, que el desgraciado que está mi lado en vez de hablar de fúrbor, mujeres, y más coñas, me comenta que si la cosa está muy jodida, pero que muy negra, que si nubarrones y colas para el paro en vez de los papeles.

Perplejo no di crédito a esas palabras, cómo un sábado de descanso, del señor, con una cerveza en la mano me tenía que recordar lo que escuchaba cada día de lunes a viernes por la radio mientras que servilmente me dispongo a pagar la correspondiente tasa (y subiendo) con el autobusero. ¿Cogorza a esas hora de la mañana?

Asentí fielmente. Para qué me iba a poner a charlar sobre la macroeconomía de los cereales, y la microeconomía de la desgraciá de mi cuenta corriente. Hasta aquí sería un hecho puntual, el alcohol y las malas jugadas del destino. Pero no fue así:

Rato (el de ahí al lado, no) después, con los cubatas rondando mi garganta más que en el vaso, y viendo doble a la pobre vaquilla que comprendía la situación y poco arremetía ya contra los jóvenes. Yo. Como el quien escucha una llamada, no de Dios ni de Sobera, un grito desgarrado, desesperado, de un amigo en serios problemas. Acudo, al instante, tan rápido como lo que me permite el no derramar mi vaso ni escoñarme contra el suelo. Y eso que llego a su altura, y escucho:

- ¿A cuánto está el pienso...? Puta crisis que ni las vacas pueden comer tranquilas.-

¡Pero que coño! Me pongo yo las mejores galas (un pantalón de hace 5 años rajado y una camisa descolorida kukuxumusu) para ir al campo placenteramente a beber, y disfrutar, y descansar, y yo que sé que más, y solo me vienen con memeces. Y yo que acudí en pos de un amigo en auxilio. Nunca mais.

Varias veces tuve que oír: crisis, dinero, jodido y algo más relacionado con la política `sin embargo mi estado, por aquel entonces deleznable por la ligera embriaguez no me permitió memorizar para estas lineas,. Pero el colmo de mi desgraciado día de jartera en paz y felicidad, fue a las 4 de la madrugada, después de más de 28 horas de parranda, todavía quedaban fuerza para joder.

Yo, y mi palito chamuscado, nos divertíamos con las últimas llamas que desprendía el tronco en la hoguera, horas atrás encendida para una deliciosa cena, pinchitos. Solos, sin estorbos, añorando a la familia (efecto del alcohol, un depresivo de los más joíos), en una silla recostado y como Dios. Yo y mi somnolencia, mi somnolencia y yo. Y las estrellas ahí arriba de testigo de mi pequeña felicidad encontrada.

Que no viene otro tontaina de turno a molestarme, primero con la caja de gitano, malo para la resaca, peor para mi dulce sueñecito en su despertar tardío. Que cuando paró de aporrear la madera de la caja, estúpido de mi me consuelo "alabado sea el señor", cuando ni creo siquiera, que no saca otro tema de conversación a la puñetera hora de las 4 de las madrugada, casi al amanecer, que LA JODIDA PUTA CRISIS QUE SE NOS VIENE ENCIMA Y QUE VA A DURAR LA TIRA DE AÑOS. Por no decir más, le mandé a la mierda.

A que no saben que escuchado hoy, lunes, en la radio. Pues sí. Kiss FM, la única radio que escuchándola todos los día crees que no pasan los días. Jodidos tertulianos domingueros...

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Banda sonora: "Midlife crisis" de Faith No More