Que dónde estoy, pues difícil respuesta porque aquí el GPS tiene bastante fallo de precisión pero más cerca de Burundi que de Tumbuctú, en una aldea olvidada, un ingeniero se esfuerza todas las mañanas para sonreir.
No tengo enchufes así que hace tiempo que perdí todo contacto con la realidad. Y más con este blog, mi blog.
Dije que volveré, y lo haré, ya solo faltan unos días para volver al mundo y dejar que las moscas se sigan alimentando de la miseria humana.
1 Charlan:
¿ingenieros sin fronteras? joder! ahí, con dos cojones.
Vuelve, que tu weblog no ah adquirido todavía vida propia. Aunque como un día entre y me pregunte si quiero jugar una partidita de ajedrez, saco la recortada y no queda de la página ni los restos :-D
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