31 marzo 2008

Alfred Joducas Kwak

31 marzo 2008
Mi infancia no es un patio de Sevilla como describe Machado en ese poema. A igual que todos, tuve una infancia, siempre junto a tristón, mi peluche del alma, fui criado entre meriendas de bocadillos y ratos en los columpios, aunque si es verdad, que la tele con su única dos cadenas, se ganó un huequito en mi corazón con series que más quisieran niños de hoy en día, pervertidos por tantos putos Poquemon, Yu Gui oh!, y demás memeces.

Hay muchas series que me marcaron; Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya) con sus capitulos repetitivos y enemigos inmortales, Oliver & Benji y esos campos infinitos, Dragon Ball con todas las letras del abecedario y la continua tortura de Goku por cada enemigo. Pero creo que nunca un dibujo llegó tan lejos como el pato Alfred.


Salpica, chapotea feliz en el agua no esperes que salga solo habrá gotitas!!


Alfred J. Kwak, si lo viese hoy en día lloraría a moco tendido, un dramón, una historia de amistad de infancia mal lograda en una enemistad por ideales de adultos. Como un "reality-sow" del bueno, la serie de dibujos animados marca durante unos 57 capítulos cada paso del desgraciado de Alfred. Te mantenía en vilo mientras veía crecer al pobre Alfred Joducas kwak en su triste vida, como el se esforzaba y se conformaba con tan poco.



Nada más lejos, desde el primer capítulo la serie marcaba lo que ibas a ver, nada de pájaros y bellas montañas como en Heidi ni un Koala vago y estúpido como en Mofli, porque en el primer capítulo Alfred, nuestro pato, se quedaba huérfano después de que su familia enterita, y era bastante numerosa, fuera atropellada por los "terratenientes" de la comarca, que momentos antes había realizado un pelotazo inmobiliario construyendo un parque de atracciones en el hogar-humedal de la familia patuna. Obligando a la familia de Alfred a trasladarse para buscar un lugar mejor.

Fue criado por el amigo de la familia, Henk, un topo que enseñó a Alfred los valores de los que carecen hoy en día la mitad de los chavales. Alfred pronto fue repudiado por los demás compañero de la escuela, por ser "hijo de un topo", incluso en el refranero español quedó reflejado este odio xenofóbico:

"Estás más perdido que Alfred J. Kwak el día del padre"

Este apartheid por sus compañeros, no le hizo más infeliz ni desdichado, se rearfimó, y a Henk no dudó nunca de llamarlo padre.

Alfred durante toda la serie lucha contra la injusticia, y no solo social. Y como todo héroe tiene a su enemigo, un cuervo, Dolf, el villano jefe del Partido de los Cuervos, similar no solo en el nombre sino también en el peinado y en el bigote a Adolf Hitler. Ya que Hitler fue conocido como Dolf en la primer guerra mundial.

Dolf por ser un cuervo desvalido y fofo, también fue apartado durante su infancia, lo que le unió más a Alfred, siendo inseparables. Mientras de Alfred luchaba por demostrar su validez y entereza, su mejor amigo, solo guardaba rencor y odio hacia la sociedad, y cierta envidia a su amigo patuno.

Me siento muy feliz, feliz muy feliz
Hoy me siento tan feliz que no hay penas en mí!
Nunca estuve tan feliz, feliz tan feliz
Tan feliz voy a ser cual largo el día es!
A veces es infeliz, infeliz, infeliz
Tiene miedo a sufrir y de miseria morir

Siempre relacionamos la censura con dictaduras y regímenes con poca libertad de expresión, pero esta es una serie que incluso fue censurada en varios países europeos como en Italia por su carácter reivindicativo, antiracista, de izquierdas y explícitamente anti-nazi.

Porque en cada capítulo no solo se centraban en la ñoñería infantiloide ni en dar tristeza y pena, cada capítulo era una reivindicación al olvido de cada injusticia real humana, como la hambruna en Etiopía, o el Apartheid sur africano

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