El primo de Rajoy

Si, otra vez política, una vez a la semana no hace nada, una rima bastante mala por cierto. Por lo que me toca como hombre de campo, mejor dicho, por mi futura dedicación, voy a detallar la nueva promesa electoral, o contrapromesa: ¡Árboles para todos!

Desde hace ya mucho tiempo, y me remonto siglos atrás, la ilusión de todo político o tecnócrata español era y es plantar árboles, cuanto más mejor, además de aferrarse al sillón, claro, pero esta costumbre es común a la especie y no a la zona, por supuesto. Árboles por aquí, y por allí también, incluso antes que existiera partidos, democracias, votos y eslóganes. Es una costumbre muy española, propia, nativa, desde que talamos el último árbol para intentar sostener lo último del imperio. Pobre ardilla que ya no salta de árbol en árbol desde Los Pirineos hasta Sierra Nevada sin salirse de las propiedad de la Casa de Alba , eso si que eran buenos tiempo.

Y es que es temporada de elecciones, esta la veda abierta, todo vale, y los árboles tienen que estar presente, la costumbre llama a la costumbre. Hace ya cuatro años, hubo algo parecido, 800 millones de árboles se tenían previsto plantar, ahora han recapacitado y han disminuido su primera intención a 500, tan sólo. Mi opinión radica en que hay muchas clases de árboles, no todos creecen igual ni todos necesitan lo mismo, algunos en 5 años te han alcanzado su madurez fisiológica, otros necesitan decadas y decadas, el eucalipto, un árbol tristemente común por estas llanuras debido nuestra costumbre arbolera, del s.XIX, es de rápido crecimiento, poco necesita, llegando a ser centenario: Es el árbol perfecto para el político. El problema, que no es de aquí, es del país de los jodidos ornitorrincos.

El problema, para mi, no sería los 500 millones, sino que partiendo que hablamos de plantones, arboles ya creciditos, estos hay que mantenerlos, no crecen con nada ni de la nada, al no ser que hablemos de eucaliptos u otra variedad política común de la botánica, no todo el suelo es igual ni donde hay desertización lo primero que hay que hacer es plantar un pino, por mucho que sea precioso para la foto de turno un arbusto, para este caso sería mejor.

En zonas de dehesa, no es necesario atiborrar de encinas y olivos, las dehesas son abiertas, así como el matorral mediterráneo. El problema es no contar, no saber en que unidades se habla, "a bote pronto", todo es posible porque no, venga que tan solo son 500 millones de árboles por una densidad tan pobre para cada árbol de 1 metro cuadrado, esto..., son muchos metros cuadrados, pues tendremos que hechar gente a la mar, o plantar en las terrazas de la casa, que no estaría del todo mal. O contar la macetas como animal de compañía...

Si hechan gente al mar, o derriban esos chaletazos, así poder ver la costa más despejada, por mi encantado, no soy persona que sepa apreciar las vistas pero no aguanto el hormigón costero ni al chulo playero. Pero si hablamos de recortar hectarias al algricultor, bastante jodido con el tabaco y la reforma del vino, con tanto puto biodiesel de maíz como excusa de un crudo prohibitivo, pues no, claro que no, se equivocan, que nadie se atreba a tocar mi fututo trabajo. La pela, es la pela.

De todas formas, esta promesa, es una desfachatez más que se olvidará como antes hubo otras, mejores.

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Banda sonora: Cruz y Raya, Dónde estará mi voto