Mejor me quedo en casa, y visito la vieja centroeuropa, sus castillos y sus plazas, sus cervezas y salchichas, su cultura e historia, que no así su gente, por aburridos digo. Mi sencillo viaje sería tan solo ir a centroeuropa, visitar Alemania, Austria, Hungría... Un solo país o todos a la vez.
Si tengo que elegir empezaría por Alemania, por curiosidad cervecera, para empezar por el norte y caerme con la gravedad, desde Hamburgo pasando por Berlín hacia Múnich, especialmente interés por visitar Alexanderplatz, y ver el Reloj Mundial, por curiosidad morbosa de ver los últimos vestigios de
A Austria. Mi interés por este país es más cultural que morboso, fascinado por "Rex, un policía diferente" no en sí por la actuación siempre asombrosa del perro quedando a la altura del betún a los demás actores y sus bocatas de choped, sino por esas localizaciones tan bucólicas. Partiendo desde Salzburgo, iría atravesando el país hasta Viena, de tantos lugares creo que el primero sería visitar la casa de Amadeus, para encontrar ese alijo de maría que se fumaba para esa estridente risa con la que siempre le caracterizan. En Viena, lo primero que haría, antes que El Prater, sería visitar Spanische Hofreitschule, o escuela española de equitación, para ver que coño es eso. No cabe decir que aquí ya me hubiese quedado sin dinero, pero como es un sueño, sigo soñando...
Pero antes visitaría la República Checa para acabar en Eslovaquia. Praga, donde mi síndrome sería acentuado por la ciudad de las cien cúpulas, supongo que en esta ciudad pasearía con tranquilidad, más que ir a museos. Ya en la antigua Presburgo acabaría mi viaje de interés cultural, y cervecero, y regresaría con la tarjeta de memoria de la cámara repleta de la belleza femenina autóctona de esta parte de Europa.
Souvenires; principalmente las camisas oficiales de cada estado, turística al estilo "Marbella" pero que ponga por ejemplo "Praga", blancas y hortera requeridas para la familia, las pegatinas de cada cerveza ingerida en el viaje, algún recuerdo sovieto (algo quedará) para mi ego, y traer la billetera vacía por ver todo lo posible.
Desde el mar del Norte hasta la llanura húngara, siguiendo la caída hasta el mar del Danubio, sin olvidar al Moldava o al Elba en sentido contrario, atravesar la Selva Negra y los Cárpatos. Es verdad que podría hacer más de un ligero cambio en el transcurso, visitar Polonia antes que Eslovaquia, o irme más al sureste a ver Rumania, eso seguro que iría cambiando según el documental de la 2 que emitieran a la hora de la siesta mientras maquino de verdad este fabuloso viaje a
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