Era joven, inocente, apenas un prepuber asombrado con la era naciente de las videoconsolas, crecimos sin un Elvis, crecimos sin los Beattles, Jhon Lennon se quedó a las puertas de conocer la genuina década de los ochenta. Durante 10 años no pasó nada, ninguna revolución, ninguna gran guerra por la que defender los valores, proclamar la paz, crecimos bajo la sombra el empuje de la tecnología, internet se fraguaba, y los principales ordenadores empezaban a venderse entre las aulas de las universidades. Demasiado tarde para asustarnos con el frikismo de Star Wars, demasiado pronto para el pestiño de Jarry Potar y sus criminales libros. Era la transición de la época convulsa a otra aun más convulsa. Pero mientras tanto qué hacíamos... Pues jugar al Mario Bross y a Moonwalker.
Por aquel entonces Michael Jackson con su Thriller era proclamado Dios, y no menos, le adoraban niños, le adoraban los padres, incautos padres, le adoraban las marcas comerciales y es que era el nuevo Midas, aunque en vez de ser de oro, se iba transformando en un ser cada vez más blanco. Así, para aprovechar el tirón con los desgraciados niños se creó una película, sin guión, solo imágenes y música de Jacko de fondo, como que era un vídeo clip. Y esto dio base a un juego, Moonwalker, con el mismo nombre que la película, pero que se basaba tan solo, eso si, en los 8 minutos mejores de la película, para la videoconsola MegaDrive, y aquí comienza mi historia.
Por aquel entonces Michael Jackson con su Thriller era proclamado Dios, y no menos, le adoraban niños, le adoraban los padres, incautos padres, le adoraban las marcas comerciales y es que era el nuevo Midas, aunque en vez de ser de oro, se iba transformando en un ser cada vez más blanco. Así, para aprovechar el tirón con los desgraciados niños se creó una película, sin guión, solo imágenes y música de Jacko de fondo, como que era un vídeo clip. Y esto dio base a un juego, Moonwalker, con el mismo nombre que la película, pero que se basaba tan solo, eso si, en los 8 minutos mejores de la película, para la videoconsola MegaDrive, y aquí comienza mi historia.
Ni mucho menos fue la primera película que intentaron pasar a videojuegos, todos nos llega a la memoria ese gran juego que fue E.T. para la Atari 2600, y ni mucho menos fue el último, por desgracia. Moonwalker, el videojuego, se basaba en unas series de pantallas sobre de distintos bares, supongo que eran diferente bares porque el fondo siempre era el mismo por más que nos moviesemos, acompañado con una banda sonora, "Smooth criminal", y a destacar que es lo mejor. Volviendo al argumento, nuestra intención era salvar a todos lo niños, que inocentes que éramos, que se escondían tras un armario oscuro, bienaventurados, para ello los malos, unos con pinta de mafiosos vestido de trajes negro, italiano y caro seguro que si, nos disparaba sin pensarlo, además de las mujeres de la mala vida, léase prostitutas, nos intentaban continuamente retener para no poder desempeñar nuestra misión, simpre la misma, salvar al puñado de críos prisioneros tras el armario gracias a un impoluto Jacko vestido de blanco, seguro que también de traje italiano y caro, muy caro. Siempre era igual.
Todos los movimientos de Jacko, es decir, no más de tres, eran calcado a los movimiento "moonwalker" de verdad, ver al análogo de Jacko hacer sus mismos giros y agarrarse el paquete, un signo de virilidad masculina en los 80's, era todo un nuevo descubrimiento, era el "Motion Capture" de la época, solo habían cuatros botones (según el mando de la consola) para hacer los tres movimiento, así el cuarto botón sobrante era el salto. Nada de combinaciones endiabladas, si quería que Jacko girara y se tocara los huevos, pues a darle al botón...
Lo mejor, como colofón a tan grande juego, era el baile que se marcaba nuestro Jacko cuando salvabas a todos los niños, y pasabas al siguiente nivel, un baile que acompañado de los malos, se marcaba un full como el juego más sórdido.
Posiblemente creo que es el mejor videojuego que describe la desfachatez de los 80's, no por su calidad, que tampoco rozaba lo malo, ni por su excelente pero repetitiva música MIDI, sino por el aire de hortera que se transpira al segundo de meter el cartucho. Si, yo nací y crecí en los 80's, no vivi con una gran guerra, ni un gran ídolo, salvando pero quie mucho las distancias con Michael Jackson, solo series japonesas cultivaban mi cabeza; Mázinguer, Dragones & Mazmorras, Caballeros del Zodiaco, Oliver & Benji y por último Dragon Ball, crecimos sin móvil pero con la Gameboy de nuestro afortunado vecino pijo.
Crecimos con las reposiciones de verano azul, las películas de muñecos de gomaespuma, todo era cartón piedra y humo, mucho humo, con Alf y los Fraguel Rock, y ahora, ya de viejo, perdiendo el pelo, hecho de menos ese tufo hortera y bizarro de los 80's.
Inspirado en un análisis igual de añejo de Vida Extra
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