Un caos de mundo

El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo.

Una mujer te sonríe, no la prestas atención. Ella se lleva una pequeña decepción. Horas más tarde comenta la anécdota con una amiga. Los hombres son todos iguales. Sonríe a uno al azar. Él no le ve, pero si su mujer. Está no dice nada, espera el mejor momento. Cuando llegan a su casa le anuncia que quiere el divorcio. No aguanta más las infidelidades. Él prometió que nunca más, pero ella lo ha visto está noche. Él sale de su hogar destrozado. No entiende porque le dice eso. En el pasado se lo merecía, en el presente no, ha cambiado. Entra en un bar. Junto a él hay otro hombre, se hacen amigos de barra y se emborrachan juntos. Tras demasiadas copas salen fuera y el amigo se ofrece a coger el coche. Arrancan haciendo 'eses' y en la tercera curva casi atropellan a una anciana. La abuela del susto pierde su cartera. Un joven que pasa por allí minutos más tarde la encuentra, la recoge justo cuando una pareja de la policía pasa por allí. El joven sorprendido con la cartera en la mano despierta las sospechas de los policías quienes al ver el carné de identidad de la señora mayor le llevan a comisaría. Allí llaman a sus padres. Estos aparecen con algunos de sus amigos con los que estaban de cena y que eran quienes conducían esa noche. En unas horas aclaran la situación sin repercusión alguna para el joven; pero sin embargo, en la comisaría, uno de los amigos de sus padres es agredido por un delincuente que le confunde con el fiscal que siguió su caso. La herida no es muy grave pero aún así los médicos le aconsejan no ir a trabajar en varios días. Le dan la baja obligatoria. A primera hora de la mañana informa a su jefe que hoy no podrá ir a trabajar consciente de la importancia de su ausencia. Cinco minutos después recibes una llamada del trabajo. Tu compañero está de baja y tu debes cubrir su turno sin excusas. En un segundo tienes que decidir:

o tu trabajo o tu amor.

Homenaje de Duczen a Edward Lorenz.
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