Evitar tener que decir que no

Es difícil hoy en día no ver a cada giro del cuello una referencia sexual, algo que te tire a lo más bajo posible, y nunca mejor dicho, de tus instintos básicos.

Cuando iba a la feria me montaba en los trastos aquellos inseguros, y a veces, muy pocas veces, me regalaban un globo. Hoy en día este idealismo infantil creo que lo ha comprado Disney con una Opa hostil porque cuando paseo por las ferias, ahora que están en auge en cada rincón de cada pueblo aprovechando la visita de los emigrantes, no veo otra cosa que hombres pechugones de gimnasio marcándose un baile encima de cada cacharro en cada caseta. Si, claro, para llamar la atención, pero lo hacen muy bien. De la misma forma que las concursantes de cualquier programa lo que más desean es enseñar, con el sobre en la mano, las tetas, operadas o fotochopeadas, es lo mismo con tal de cobrar y enseñar.

Está bien, al menos pagan.

Pero no quiero olvidar mi infancia, con los juegos de la Spectrum, Atari, Nes, Super Nes, N64, y luego todo a la mierda a partir de las consecutivas play, excepto ICO. Y es que en mi infancia cuando jugaba con el mando de los dos botones (o uno dependiendo que consola) no me fijaba en ciertos detalles como los de hoy en día. Supongo que era inocente, y no veía cosas como esa imagen que acompaña esta entrada de un videojuego que tuve, "Vendetta" de Konami; un fornido policía con el pecho descubierto y con unas perneras de cuero, un oso, y sin faltar al respeto a nadie.

Es curioso, ver como sí hoy en día este juego se publicara, a igual como sucede con un GTA, o un Bully, causaría un revuelo tremendo de lo agilipollados que estamos mirando lo casto que somos cuando los niñ@s todavía pregunta si se puede quedar una preñada por un beso. Pero no son estos juegos, ya clásicos, mal llamados retros, como Moonwalker, los que nos enseñaron la belleza a descubrir, como a nuestros padres el los dos rombos.

Y de qué nos quejamos entonces de que las chicas salgan en bolas si somos una generación que crecimos con las tetas de Sabrina, y los vídeos musicales de la Mtv con Madonna con menos años. Y de qué nos quejamos de que en cada peli porno nos vendan sexo del bueno cuando es mejor hacer un Wimblendon a lo Nadal Federer, dejar de follar como adolescentes, y vamos a disfrutar de esos calendarios de Calzedonia y dejar seco el servidor cada vez que haya una colección nueva de Victoria's Secret con alguna de sus mujeres.

Y orgulloso de tener este instinto sexual. Alguno lo llaman egoísmo cuando damos rienda suelta al placer en soledad, pues sí, egoísmo, pero, y lo bien que sienta uno, en pareja o solo.

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Banda sonora: " El mundo tras el cristal" De La Guarida,
no tiene nada que ver, pero soy yo quien escribe, a la mierda!